El proyecto parte como un edificio multifamiliar situado en los cerros del oriente de la ciudad. La conexión con la montaña se convierte en el elemento unificador de la edificación, dando vida a diez apartamentos de diversas tipologías, cuidadosamente adaptados a las preferencias de cada uno de los residentes. Del mismo modo, la composición de la fachada y la forma del volumen buscan interrumpir la uniformidad presente en una zona predominantemente construida con ladrillo.